…A principio de los novecientos, un grupo de músicos aficionados, llevaron a los suburbios de las principales ciudades del interior, los acordes y el ritmo de la milonga, que causaba furor en los conventillos y en los bailes de los barrios periféricos…

En Rosario, el área de “Sunchales” era famosa por su música y por los duelos de los guapos, que defendían a poncho y cuchillo, la mujer de su vida, su honor o el orgullo de querer saber quién era más hombre… y mientras la “sangre salpicaba el empedrao”, el tango seguía su rumbo al centro de la ciudad…

Guitarra, violín, fuelle y contrabajo, a veces un clarinete o flauta, y otras con un piano, se fueron formando las primeras orquestas, hasta que terminaron por definirse: Piano, contrabajo, dos o tres bandoneones y otros tantos violines, y lo infaltable: uno o dos vocalistas, que estremecían a la audiencia, interpretando los versos de esos temas inolvidables…

Dicen que surgieron nuevos poetas, nuevos compositores e intérpretes y el tango ganó un espacio en la ciudad. Un espacio que jamás habrá de abandonar…

“Vení, acercáte, no tengas miedo,
que tengo el puño, ya ves, anclao.
Yo sólo quiero contarte un cuento
de unos amores que he balconeao.
Dicen que dicen, que era una mina
todo ternura, como eras vos,
que jué el orgullo de un mozo taura
de fondo bueno… como era yo.

Y bate el cuento
que en un cotorro
que era una gloria vivían los dos.
Y dice el barrio que él la quería
con la fe misma
que puse en vos.
Pero una noche
que pa’ un laburo
el taura manso
se había ausentao,
prendida de otros
amores perros
la mina aquella
se le había alzao.
 
“Dicen que dicen”, que desde entonces
ardiendo de odio su corazón,
el taura manso buscó a la paica
por cielo y tierra como hice yo.
Y cuando quiso, justo el destino,
que la encontrara, como ahura a vos,
trenzó sus manos en el cogote
de aquella perra… como hago yo…
 
Deje vecino… No llame a nadie.
No tenga miedo, estoy desarmao.
Yo sólo quise contarle un cuento,
pero el encono me ha traicionao…
“Dicen que dicen”, vecino, que era
todo ternura la que murió…
Que jué el orgullo de un mozo taura
de fondo bueno… como era yo…”

Año 1930 “Dicen que dicen”

Tango, Música: Enrique Delfino / Versos: Alberto Ballestero

… Continuará …