Era la gran fiesta de la noche, en la mansión de los Wilson, en Montevideo. Las parejas se lucían bailando aquellos viejos tangos ejecutados por tan sólo un dúo, Edgardo Donato y un bandoneonista.

De pronto Donato gritó, desde un rincón de la inmensa sala, “ahora a media luz”, y seguidamente se apagaron las luces de la araña que colgaba del techo. Y las parejas se apretaron moviéndose al compás del dos por cuatro, realizando imaginarias figuras geométricas y armoniosas, en medio de las luces y sombras que entraban por los grandes ventanales.

Entonces, Carlos Lensi, poeta y escritor que participaba de la fiesta, comenzó a escribir los versos, inspirado por las palabras que dijera Donato: “ a media luz “…

Corrientes tres cuatro ocho
Segundo piso ascensor
No hay porteros ni vecinos
Adentro cocktail y amor
Los pisito que puso Mapple
Piano, estera y velador
Un telefónico que contesta
Una vitrola que llora
Viejos tangos de mi flor
Y un gato de porcelana
Pa’ que no maúlle el amor

Y todo a media luz
Que es un brujo el amor
A media luz los besos
A media luz los dos
Y todo a media luz
Crepúsculo interior
Que suave terciopelo
La media luz de amor

Juncal doce veinticuatro
Telefonea sin temor
De tarde, té con masitas
De noche, tango y champán
Los domingos, té danzante
Los lunes desolación
Hay de todo en la casita
Almohadones y divanes
Como en botica, cocó
Alfombras que no hacen ruido
Y mesa puesta al amor

Y todo a media luz
Que es un brujo el amor
A media luz los besos
A media luz los dos
Y todo a media luz
Crepúsculo interior
Que suave terciopelo
La media luz de amor

Dicen que Donato, cuando recibió la letra de manos de Lenzi, escribió la música en un tranvía.

Otros dicen que comenzó a escribir la misma noche junto a Lenzi y que después la terminó en el tranvía, pero también cuentan que era tan despistado y olvidadizo que es probable que ni él mismo pudiera recordar como fue la cosa.

“Una vez, viajando en un tranvía se encontró con un amigo y luego de un corto trayecto ambos bajaron y comenzaron a caminar…  Y sin percatarse que en el tranvía había dejado a su esposa que viajaba con él….. Es cierto… lo contó su propia hija!…. “

Edgardo Donato, nació en Buenos Aires, Argentina. Siendo un niño, él y su familia se trasladaron a Montevideo, Hijo de músico, a los diez años su padre fue su primer maestro y luego asistió a al reconocido Conservatorio “Frans Liszt”, donde realizó sus estudios, participando como violinista de la Orquesta Sinfónica que dirigía su padre.

Ya a los veintiun años, decide cambiar de género musical y comienza a participar de distintos conjuntos “tangueros”.
Su primera gran orquesta formada en 1927, con el título de “Donato-Zerrillo”, estaba integrada por Héctor María Artola, Juan Turturiello y Héctor Gentile, en bandoneones, en violines los dos directores y Armando Julio Piovani (que también cantaba), en el piano Osvaldo Donato, su otro hermano Ascanio en el cello y A. Bancalá en contrabajo.

Los 9 Ases del Tango, los integrantes de una de las primeras gran orquesta típica del binomio Donato-Zerrillo.

Influenciado por las variaciones de la época, nuevos estilos, nuevas versiones y por Ernesto Ponzio, forma una nueva orquesta siendo él su único director.
Es entonces que graba  en el sello Brünswick y actúa en cines, teatros y también, en LS9 Radio La Voz del Aire, donde lo anunciaban como «Los ocho ases del tango porteño, Edgardo Donato y su orquesta”.
Los integrantes eran: Juan Turturiello, Vicente Vilardi y Miguel Bonano, en bandoneones; Edgardo Donato, Armando Julio Piovani y Pascual Humberto Martínez, en violines; Osvaldo Donato en piano, Ascanio Donato en el cello y José Campesi en contrabajo.

En 1936 su conjunto se unió a una orquesta gigante formada con los integrantes de las orquestas de Julio De Caro, Francisco Lomuto, Juan Canaro y Ricardo Tanturi, alternando la dirección con cada uno de ellos. Grandes maestros de la época en que, justamente, Julio de Caro, había revolucionado el tango con su nuevo estilo inconfundible.

Edgardo Donato continúa una extraordinaria carrera musical realizando más de 400 grabaciones en diferentes sellos discográficos. Además participa de diversas películas e incluso escribe la música de algunas de ellas.

En el año 1948 aparece con el cantor Oscar Fuentes, en la dramática y exitosa película “Pelota de Trapo”, dirigida por Leopoldo Torres Ríos, con la actuación de Armando Bo y Andresito Poggio.

En 1950 actúa en el famoso “Tango Bar”, en 1951 en el Café Marzotto y en 1955, con el cantor Oscar Peralta, reaparece en Radio el Mundo de Buenos Aires.

La historia de Edgardo Donato como músico, director de orquesta, y compositor, es realmente fascinante y se lo recuerda como uno de los más prestigiosos profesionales de su época. Pero hablando del más famoso de sus tangos, “A Media Luz”, debo recordarles que es el tercer tango más grabado y se encuentra entre los diez más populares en el mundo, junto a otros como “Caminito”, “La Cumparsita”, “El Choclo”, etc.

(*)Cuando muchos fueron a buscar el pisito de Corrientes 3,4,8, se encontraron que los que allí había era un pequeño espacio donde trabajaban unos “lustrabotas”, que embellecían los zapatos de los hombres!…

 (**) Mable era una tradicional mueblería inglesa establecida antiguamente en Buenos Aires.

 

Edgardo Donato

Donato, Edgardo Felipe Valerio
(14 abril 1897 – 15 febrero 1963)
Lugar de nacimiento, Buenos Aires Argentina
El tango “rioplatense tiene sus historias y aunque ya han sido escritas tantas veces, siempre vale la pena recordarlas, digo yo, para los amantes del tango!…

 

Hasta la próxima, queridos amigos… si Dios y el Universo lo permiten!…

 

José Osvaldo “Cacho” Sala Botello
Margate FL, USA, Mayo 2023