Hoy, 24 de abril, se cumplen ciento cuatro años del nacimiento del Maestro José Sala. No hace mucho, el mismo día pero en el año 2009, estábamos –mi hermano Julio y yo- instalados en uno de los balcones de la sala principal del Concejo Deliberante de la ciudad de Rosario, Argentina. A nuestro lado, nuestros hijos y los de nuestro querido hermano Aldo Pedro, y en el otro balcón todos los nietos, completando todo el grupo familiar unido por este acontecimiento. Amigos, músicos, cantantes y familiares sumados a miembros del Honorable Consejo, y en especial a las más de veinte personas que somos familiares directos de nuestro padre, rindiendo un reconocimiento justo y merecido, por su trayectoria artística como músico, autor y compositor.

Actuó en las emisoras radiales y en importantes instituciones deportivas y sociales de Rosario y del interior del país. Grabó un sin número de temas musicales en los sellos “Columbia” y “TK”, grabaciones que fueron reproducidas en Sudamérica, Europa y Japón. Actuó en LR3, “Radio Belgrano”, en el famoso “Tango Bar” y en el “Luna Park” en Buenos Aires.

Por su orquesta pasaron inigualables valores de la música popular, como Pedro Bassini, allá por el ’37… Delia Rodríguez (cantante), Guillermo Tell (bandoneón), Antonio Agri (violín), Alfredo Beluschi (cantor), Siro San Román (cantor), Antonio Ríos (bandoneón), Mario Garcés (cantor), Roberto Dumas (cantor), Aldo Maidal (cantor) y muchos más, que sería imposible mencionar por falta de espacio. Y, amigos, no puedo dejar de mencionar una breve anécdota de su juventud que refleja su pasión por la música, por el tango:

“Era un pibe todavía y a papá se le puso que para ser famoso con la música, se tenía que ir a Buenos Aires. Como el hermano de mi “nonna” y su familia, los Sajeva, estaban en Buenos Aires, planeó irse sin contárselo a nadie, pues sabía que no lo dejarían ir. Un día que llevaba el dinero para pagarle a su maestro de música, resolvió viajar y con “violín en mano”, se escapó a la Metrópoli. Cuando llegó a “Retiro”, averiguó como llegar a la dirección de sus tíos, que vivían en Palermo. Llegó tarde, por la noche y alborotó a la familia. Enseguida lo acogieron los tíos, Domingo y Elena y sus primos Aquiles, José, Julio, Carmelo, María Elena y “Tilde”. Al día siguiente fue a buscar trabajo y consiguió que lo probara el maestro de una orquesta que tocaba en el “Tango Bar”… Era un mocoso… y le dijo al maestro: “¡Si me toma, me compro los pantalones largos!…” Y al otro día estaba tocando en el “Tango Bar” en pleno centro de la ciudad… (Con los pantalones largos… ¡por supuesto!…).”

En este nuevo cumpleaños te decimos… ¡te queremos, viejo!… y te extrañamos.