-De que cuadro sos, “Mingo”?…
            -De Newells… y vos?
            -Nooo… yo soy de Central!…
            -Ahh!…
             Y frente a otros chicos de su edad agregó
-Pero si te hacés hincha de Central, como nosotros, te regalo esta bolsa de bolitas!…
            Por unos minutos observó la bolsita llena hasta arriba, de múltiples bolitas de cristal, con hermosos diseños y diferentes colores, y por fin, con un disimulado suspiro dijo, extendiendo su mano,
            -Está bien… me hago de Central!…
            -Pero… mirá, no sea cosa que después te cambies de nuevo… Tenés que decir “Yo soy de Central ahora y siempre!”….. y después gritar “Viva Central!…”
            Los minutos pasaban, ya tenía las bolitas en sus manos, y en medio de la algarabía popular, con un profundo suspiro lanzó su “juramento” infantil… que jamás rompió.
            Esa es la historia que nos contaron… no se si se trata de un elaborado acontecimiento de su niñez o una anécdota real… pero jamás “Mingo”, el tío “Mingo”, se mostró molesto por ser el único Sala de la familia, que había roto su pasión por el cuadro de siempre, Newells Old Boys.
            En las reuniones familiares, y ya lo he contado, todos esperábamos el momento en que el Tío “Mingo”  se sentara en el piano, para deleitarnos con su música preferida, el tango. Y mientras bebíamos una copa, sentíamos profundamente el sentimiento que ponía en cada interpretación.
             Fue pianista de varios conjuntos orquestales, incluyendo la Orquesta Típica de José Sala, su hermano (mi padre) y formó su propia orquesta típica con la cual cosechó infinidad de éxitos en Radio emisoras locales y en bailes alrededor de la provincias del litoral.
             Pianista, compositor, director de orquesta… si, estamos hablando de Domingo “Mingo” Sala, que un día como hoy, 10 de agosto, nos dejó para reunirse con quienes se anticiparon en nuestro camino hacia la eternidad.
            Descansa en paz, querido Tío “Mingo”…. Nunca te olvidaremos!…