Sentado a la mesa del bar, se lo ve inquieto, nervioso, y al mismo tiempo, sumido en una depresión constante, que aumenta su ansiedad.
Los amigos le aconsejan que no caiga en ese estado, que reflexione y encuentre la razón de su desasosiego. Pero esto no hace más que aumentar su desazón.
-:Es un mal de amores!” –dice uno, mientras con una sonrisa golpea gentilmente su hombro –es que está muy enamorado!…
-Te estás consumiendo como una brasa… -su hermano comenta
-y acordate que del fuego, después, no queda nada…
-Bueno, hay un dicho… -dice otro –“donde hubo fuego, cenizas quedan”…
Se mueve en su silla y los recuerdos giran a su alrededor, como una calesita…

-“Lo que pasa, muchachos, es que me obsesiona el pensar en que, ella, en algún momento, algún día decida no volver…
Y entonces recuerdo siempre cuando la ví sentada, esperando qye la sacara a bailar… “nuestro primer encuentro, el primer beso… las caminatas por las calles de Boedo, bajo la luz de plata regada por la luna…”
-“No puedo olvidar aquel primer tango, bailando apretado, mejilla a mejilla, arraigando dentro de mi pecho, aquellos acordes inolvidables al compás de dos por cuatro.
Se repite como un disco rayado:
-“Dejarla ir cada noche es como entrar en un sueño de locura, sin saber que mañana podré tenerla de nuevo… Y no sé si la amo más cuando se va, que cuando está a mi lado….
-No pienses así, Ricardo…. Ella te ama de verdad y nunca te abandonará!…
-“Es que, tengo miedo de perderla… El sólo hecho de pensar que no he de verla, me angustia… me enloquece…”
“Quiero poder dejar de pensar en ella, pero es un fuego ardiente en mi mente y en mi pecho…!”

“PASIONAL”

Tango
Música: Jorge Caldara – Versos: Mario Soto

No sabrás… nunca sabrás
lo que es morir mil veces de ansiedad.
No podrás… nunca entender
lo que es amar y enloquecer.
Tus labios que queman… tus besos que embriagan
y que torturan mi razón.
Sed… que me hace arder
y que me enciende el pecho de pasión.

Estás clavada en mí… te siento en el latir
abrasador de mis sienes.
Te adoro cuando estás… y te amo mucho más
cuando estás lejos de mí.

Así te quiero dulce vida de mi vida.
Así te siento… solo mía… siempre mía.

Tengo miedo de perderte…
de pensar que no he de verte.
¿Por qué esa duda brutal?
¿Por qué me habré de sangrar
si en cada beso te siento desmayar?
Sin embargo me atormento
porque en la sangre te llevo.
Y en cada instante… febril y amante
quiero tus labios besar.

¿Qué tendrás en tu mirar
que cuando a mí tus ojos levantás
siento arder en mi interior
una voraz llama de amor?
Tus manos desatan… caricias que me atan
a tus encantos de mujer.
Sé que nunca más
podré arrancar del pecho este querer.

Te quiero siempre así… estás clavada en mí
como una daga en la carne.
Y ardiente y pasional… temblando de ansiedad
quiero en tus brazos morir.