Yo nací el 23 de septiembre de 1936… por lo menos, eso me dijeron mis viejos, y porqué no habría de creerles?…

Además están los papeles que lo certifican… fotografías, actas de nacimiento, etc..

Así es… ya se cumplieron 85 años de semejante acontecimiento… …. Y como un dato colateral, les cuento que, entre los seis primeros primos, yo llegué cuarto en la línea sucesoria de los Sala… Otros ya se me habían adelantado….

Del tío “Mingo”, Julio Alberto, a quién le decíamos Julito y su hermana Rosalía, “Chiche”…

Chiche y yo

Chiche y yo

Después llegó Elisita, a la que llamábamos “Eli”, hija de nuestra Tía “Lía”… y luego yo…

Del Tío Aquiles, “Quique”, que llevaba el nombre del padre y su hermana Elsie. Con ella perdí el contacto hace muchos años, y “Quique” (Aquiles Raúl Sala), a finales de los setenta viajó como inmigrante a Australia y el único documento que pude conseguir fue su registro de Inmigración, A2917 admisión en Canberra. Desapareció. Nunca volvió a comunicarse con su familia. Recuerdo que el tío Aquiles venía a visitarme y me pedía ayuda para localizarlo, pero en aquellos tiempos no existían los medios con que contamos ahora, y la Embajada era lenta en sus erráticas respuestas.

Julito, Eli, yo y Chiche

Julito, Eli, yo y Chiche

Los más unidos siempre éramos los cuatro primeros, Julito, Chiche, Eli y yo… y pasábamos largos ratos jugando y haciendo travesuras…

Pero en mis primeros añitos, de tres o cuatro años… uno de los paseos que más me gustaba, era ir al Parque Independencia, a veces con mi abuelo materno, don Pedro Botello, de quién tengo muy poco recuerdo porque falleció temprano… y con mi viejo…. Y a que pibe no le gusta ir a los parques, a los “columpios”… el “sube y baja”… la calesita?…

en el Parque Independencia - Rosario

en el Parque Independencia – Rosario

En fin… caminábamos por el palomar… recuerdo que al principio le tenía miedo a las palomas… hasta que una vez, el viejo me puso en medio de ellas!… Después, a darle comidita y de correrlas por el “palomar”… me liberó de todo temor…

Recorríamos todo el parque, dejando el paseo en bote por el laguito para lo último… porque era lo que más disfrutábamos…

Recuerdo que muchas veces se sumaban algunos integrantes de la orquesta, como el cantor Pedro Bassini… o el bandoneonista Domingo Torres, pero, el que más veces nos solía acompañar era el tío Julio….

Pero lo importante de la historia es que papá se escondía entre los árboles, cuando yo estaba distraído…. y comenzaba a lanzar el “silbido familiar”, mientras se movía sigilosamente de un árbol a otro…. Hasta que, por fin, yo refinando mi oído, lograba ubicarlo y salir corriendo a su encuentro…

Es como si lo estuviera escuchando ahora mismo ……. Y yo trataba de imitarlo, pero solamente me salía un “fiiiiii-fio-fi-fioooo”!…

Después, mientras íbamos de camino al laguito me instruía sobre el silbido…
Que tenía que estar atento, reconocerlo y demás recomendaciones, por si me perdía y bueno… ya se imaginan… aunque en aquellos años no existían los secuestros de niños y niñas como lo es ahora, que te lo roban en tus propias narices!…

Siempre con sus partituras en blanco, en el bolsillo interior del saco, a veces me decía:
-Pará “Cachito”, vamos a sentarnos en aquel banco que se me acaba de ocurrir un tema…. Y nos sentábamos….. y mientras tarareaba, escribía afanosamente las notas sobre el pentagrama impreso de la página que tenía en sus manos!…

El “silbido familiar” creado por papá quedó como un bien adquirido que se ha transmitido de generación a generación. Es parte de nuestro patrimonio… y resuena en las calles… en las tiendas por departamento… en fin, donde quiera que haga falta… pero a mi, siempre me trasladará a Rosario… al Parque Independencia…

La parte anecdótica de esta historia es que con esas notas del silbido familiar, papá compuso un “paso-doble” que se hizo famoso en las fiestas patronales y en las romerías españolas… a las cuales era contratado con gran frecuencia.

Y por supuesto, también lo tenía incorporado a su repertorio incluyéndolo en las presentaciones regulares en los bailes, y en las fiestas, ya que por entonces el público bailarín, disfrutaba la diversidad de géneros que ofrecían las orquestas…. Valses, rancheras, paso-dobles… y por supuesto, tango… que era el “rey de los reyes”…

Papá y Yo

Papá y Yo

“Cierro los ojos y me parece verlo, sí, a mi viejo… entre los árboles del parque independencia…. Con su silbido y su sonrisa… mientras salgo corriendo a unirme con él, en sus brazos….”

Como te quiero, viejo… como los extraño a todos…. y ahora que los días se van acortando… mucho más!…

José O. “Cacho” Sala
Florida, USA. Octubre 18, 2021