En esta tarde gris de otoño, el viento juega con las hojas secas, mientras que unas gotas de lluvia golpean la vidriera del bar. Algunas sombrillas se deslizan rápidamente por las aceras, como si fueran hongos de colores buscando refugio de la tempestad.
Te nombro y te busco ansiosamente, pero ya no estás. Sólo quedan recuerdos, recuerdos de aquellos momentos de nuestra juventud.
– Dime que me amas!… –dijiste en medio de un suspiro interminable.
– Te amo más que nada en mi vida – respondí apretándote entre mis brazos.
Y tus labios húmedos e insaciables, sellaron aquel amor de primavera, sublime y apasionado.
Pero ahora llegó el momento del “lo nuestro no va más!…” sin razón, dejándome destruido, sin comprender el motivo de tu decisión.
Casualmente, se escucha en la radio del bar, “Mi noche triste”… como un himno que destroza mi espíritu, pone en blanco mi mente y quiebra mi corazón. La gente ríe, conversa y en algunas mesas comparten un juego de naipes. Mi soledad será la sombra que me habrá de acompañar… mientras termino mi último café.
El ultimo café
Versos Cátulo Castillo
Música Héctor Stampone
Llega tu recuerdo en torbellino
Vuelve en el otoño a atardecer
Miro la garúa, y mientras miro
Gira la cuchara de café
Del último café
Que tus labios con frío
Pidieron esa vez
Con la voz de un suspiro
Recuerdo tu desdén
Te evoco sin razón
Te escucho sin que estés
Lo nuestro terminó
Dijiste en un adiós
De azúcar y de hiel
¡Lo mismo que el café
Que el amor, que el olvido!
Que el vértigo final
De un rencor sin porqué
Y allí, con tu impiedad
Me vi morir de pie
Medí tu vanidad
Y entonces comprendí mi soledad
Sin para qué
Llovía y te ofrecí, ¡el último café!
Una Buena versión de este tema, sin lugar a dudas, es la de Julio Sosa. Vale la pena escucharla.
Hasta pronto, amigos!…
José O. “Cacho” Sala
Florida, USA – Diciembre 06, 2021.
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