«El Pigall ha quedado desierto y bostezando,
enmudeció la orquesta sus salmos compadrones,
las rameras cansadas se retiran pensando
en sus lechos helados como sus corazones».
-Hay más de 500 versos, poemas y letras registrados a tu nombre, cómo hacés, Enrique?…
-Cómo hago qué?…
-Para tener semejante creatividad… inspiración?…
-Nunca he pensado en eso… Cuando siento, escucho, veo algo que me llega al
corazón, las palabras fluyen uniéndose en estrofas, cuartetas, rimas e imagino la música que acompañaría esos versos…
Domingo Enrique Cadícamo, hijo de inmigrantes italianos, nació en Gral. Rodríguez, Buenos Aires, el 15 de Julio de 1900, y cuando falleció, el 3 de Diciembre de 1999, había registrado más de 800 obras de su creación. Fue, sin lugar a dudas, uno de los poetas más prolíferos de su tiempo y su presencia en el tango argentino, ha sido de extraordinario valor. Y sus versos y letras, no solamente fueron líricos ajustados al tango, Enrique escribió las letras de milongas, valses, polkas,, fox-trots y otros géneros musicales, utilizando varios pseudónimos, como “Rosendo Luna” y “Yino Luzzi”.
En 1918 tiene la oportunidad de trabajar junto con Leopoldo Lugones (poeta, político y escritor), quien en 1905 publicó su libro “La Guerra Gaucha”, en el que se relata la lucha realizada por la “paisanada” reclutada por Martín Miguel de Güemes, en el plan “Sanmartiniano” para liberar Chile y Perú. Posteriormente, en 1942, fue llevada al cine, con la dirección de Lucas Demare y un gran reparto, entre los que figuraban los actores Enrique Muiño, Ángel Magaña, Francisco Petrone y Amelia Bence. La música?… Lucio Demare. Lugones se suicidó el 18 de Febrero de 1938, bebiendo una copa de whiskey con cianuro.
Volviendo al recuerdo de Enrique Cadícamo, su primer tango fue “Pompas de Jabón”, que le llevara al disco Carlos Gardel, constituyendo un éxito que determinó la grabación de otros veintitantos temas, incluidos en el extenso repertorio del “Zorzal Criollo”. El último tango que Gardel le grabó, “Madame Ivonne”, en Noviembre de 1933, fue antes de comenzar su gira, que lo llevaría a la muerte en el accidente aéreo del 24 de Junio de 1935, en Medellín (Colombia).
De hecho, todavía hoy, se debaten distintas teorías y mitos sobre el fatídico accidente, versiones que han sido investigadas, ninguna ha podido ser comprobada fehacientemente.
Solamente tres personas sobrevivieron del impacto e incendio, entre ellos José María Aguilar, quien en distintas ocasiones hizo diferentes declaraciones, sin que se pueda considerar algo ciertas, por sus dudas y contradicciones. Una de ellas sería mencionando una disputa entre Carlos Gardel y Alfredo Lepera, cuando el avión ya carreteaba en la pista. Según esta versión, se trataba de un problema de sonido que causó la queja de muchos asistentes que no oían nada, durante el show que habían realizado. Lepera, que fungía como productor, se molestó con Carlos y comenzaron una discusión, que, volviéndose cada vez más áspera, culminó cuando Lepera extrajo un revolver y le disparó a Carlos un balazo que fue a dar en la nuca del piloto…. El avión se desvió y chocó… lo demás, es historia. Pero la autopsia del piloto, indicó que la bala entró por el frente y de abajo hacía arriba.
Otra de las versiones investigadas, es la rivalidad existente entre las dos compañías, la colombiana S.A.C.O. (Sociendad Aérea Colombiana) y la alemana S.C.A.D.T.A. (Sociedad Colombo-Alemana de Transporte Aéreo) y sus pilotos, Ernesto Samper y Hans Ulrich Thom, quienes se provocaban en peligrosas y arriesgadas maniobras aéreas.
Se comprobó que estando el F31 de S.A.C.O. en tierra, Thom aterrizó su avión descendiendo lo suficiente como para pasar “casi pisando” el techo de su competidor. Por eso se cree que Samper, devolviéndole la provocación a Thom, encaminó su F31 por la pista y en determinado momento, desvió el curso para realizar una elevación rasante cobre el aparato de Thom. Al ver que los comandos no le respondían, ante la inminencia de la colisión y no queriendo morir achicharrado, prefirió suicidarse de un disparo en la cabeza.
Según las pericias realizadas, esta es la versión más aceptable a los acontecimientos de aquel día. Éstas y las autopsias, demostraron que el ala del “Funkers F 13” de la S.C.A.D.T.A, estacionado frente a su hangar, se incrustó en el F31 que volaba Samper, provocando multiples y fatales heridas a los pasajeros y el posterior incendio que arrebató sus vidas. Dicen que Gardel, al ver el incomprensible giro que realizaba el F31, gritó y golpeó el cristal de la ventanilla con sus manos.
Lo cierto es que ese 24 de junio de 1935, será recordado como el día del trágico accidente que terminó con la vida de Gardel y un valioso grupo de colaboradores.
La vida continúa y a pesar de su desaparición, Carlos Gardel, Alfredo Lepera y y su trío de guitarras, siguen haciéndonos escuchar aquellos famosos éxitos de un tiempo que no ha de regresar…
Pero, hablando de Enrique Cadícamo, una de las asociaciones más duraderas y prolíferas que tuvo, fue con su gran amigo Juan Carlos Cobián. Pianista, Director de orquesta, compositor y letrista, Cobián nació en Pigüé, Provincia de Buenos Aires, el 31 de Mayo de 1896.
Desde pequeño sintió gran atracción por la música y su pasión era el piano que había en su casa y que tocaba su hermana Dolores. Ésta, al ver su interés por el instrumento, influyó en sus padres para que Juan Carlos tomara lecciones de música.
Una vez recibido, comienza su carrera como intérprete y poco a poco se establece como uno de los pianistas importantes de la época.
En 1922, integró el sexteto de Osvaldo Fresedo, con el que estrenó su bellísimo “Mi refugio”, en el “Abdullah Club”. Cuando Fresedo se retira de ese escenario, el gerente de la casa le propuso formar su propio conjunto. Y entonces, con Pedro Maffia y Luis Petrucelli (bandoneones), Julio De Caro y Agesilao Ferrazzano (violines), Humberto Constanzo (contrabajo) y, por supuesto, él en el piano… buen grupo, no?… forma su propio sexteto.
Pero en 1923 “completamente enamorado”, viaja a Estados Unidos corriendo detrás de una bella mujer.
Como es sabido, de esta unión, grandes amigos y colaboradores entre sí, Juan Carlo Cobián – Enrique Cadícamo, surgieron temas famosos, como “Los Mareados”, “La Casita de Mis Viejos”, “Gitana”, “El Cantor de Buenos Aires”, “Shusheta”, “Dolor Milonguero”, “Piropos”, “Pico de Oro”, “Niebla del Riachuelo”, “Hambre”, “Rubí”, “Nostalgias”. “A Pan y Agua” y el siempre recordado “Mi Refugio”.
El 10 de Diciembre de 1953, Juan Carlos Cobián, “El Aristócrata del Tango”, falleció en Buenos Aires, y su amigo y compañero de siempre, Enrique Cadícamo sentenció: “¿Había algo que hacer en la Tierra después de haberlo conocido todo?…” Cobián tenía tan solo 57 años.
De Enrique Cadícamo recordamos “Anclao en Paris”, que escribiera estando en Barcelona. Envió esos versos a Gardel, que se encontraba en Niza y éste se los entregó a Guillermo Barbieri, uno de sus guitarristas, llevándolo al disco poco después.
Otros de los muchos temas recordados son:
*“Muñeca Brava”, tango del repertorio de Carlos Gardel, fue escrito para una música de Luis Visca que había obtenido el 6º premio para tangos sin letra del 5º concurso organizado por el empresario discográfico Max Glucksmann en 1928;
*“Cruz de Palo”, grabada por Gardel el 1º de marzo de 1929.
*“De Todo te Olvidas”, que incorporó versos del poeta Evaristo Carriego y que obtuvo el 1º premio para tangos con letra en el 6º concurso de Max Glücksmann de 1929;
*“Niebla del Riachuelo”, cantada por Tita Merello en la película “La fuga”, de Luis Saslavsky.
*“Los Mareados”, sobre música de Juan Carlos Cobián, nombre del tango que debido a la censura existente desde 1943 sustituyó al título original de Los Dopados y Garúa, con música de Aníbal Troilo “Pichuco”.
Entre muchos galardones que obtuvo durante su carrera se incluye el “Konex al Mérito” en 1984 en la disciplina Testimonial, el “Premio Konex de Platino en 1985”, otorgado por la “Fundación Konex”, como el mejor Autor de Tango de la década en Argentina.
Como homenaje a su ya larga trayectoria, el gobierno argentino en 1987 lo declaró “Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” y en 1996 fue distinguido como “Personalidad Emérita de la Cultura Argentina”.
Falleció el 3 de diciembre de 1999 de causas naturales, a los 99 años, Al año siguiente, se edita el CD “Cadícamo 2000”, dedicado a su trabajo de compositor, con arreglos y dirección musical de Gabriel Senanes, y es presentado en la ”Casa de la Cultura de Buenos Aires por el “Sexteto Mayor”, el Jefe de Gobierno y el “Secretario de Cultura de la Ciudad”.
Con estos inolvidables versos del tango “Nostalgias”, de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián, me despido de todos ustedes…. Y con el deseo de una nuevo año pleno de amor, salud, paz y prosperidad!…
Hasta pronto, amigos!…
Quiero emborrachar mi corazón
para apagar un loco amor
que más que amor es un sufrir…
Y aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas…
Si su amor fue “flor de un día”
¿porqué causa es siempre mía
esa cruel preocupación?
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar.
Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración.
Angustia
de sentirme abandonado
y pensar que otro a su lado
pronto… pronto le hablará de amor…
¡Hermano!
Yo no quiero rebajarme,
ni pedirle, ni llorarle,
ni decirle que no puedo más vivir…
Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud.
Gime, bandoneón, tu tango gris,
quizá a ti te hiera igual
algún amor sentimental…
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas…
Si las copas traen consuelo
aquí estoy con mi desvelo
para ahogarlos de una vez…
Quiero emborrachar mi corazón
para después poder brindar
“por los fracasos del amor”…
José O. “Cacho” Sala
31 de Diciembre del 2021 (06:32pm)
Margate, Florida, USA.
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