por José Osvaldo Sala

-Te cuento, hermano… ¿Te acordás de Arébalo?…

-¿Alberto Arébalo?… ¿El de la cortada?…

-¡Si hombre!… ¡El mismo!… “Chambergo, pañuelo al cuello y zapatos con “taquitos”. Pantalón “bombiya”, “rayao”, y saco negro. Correa ancha y facón a la cintura. Toda una estampa arrabalera. Esa mirada fija, penetrante…

-Me acuerdo, si… “ese tono de “¿qué te pasa?… ¿Es conmigo la cosa?…” Pintón el tipo. Guapo y pendenciero. No había en el barrio, ni en los alrededores, quién pudiera con él…

-… Parao frente al almacén del Dante, se la pasaba tarareando algún viejo tango de Gardel, fumando y piropeando a las “minas” que pasaban por la esquina….”

“-Dicen que una noche, una noche de milonga, tragos y entreveros, un muchacho nuevo quiso defender su honor, desarmao, frente a un guapo y él, él se interpuso y recibió un tajo en el brazo. Al momento “peló” el facón y en una justa, le rajó la cara matón y ahí se acabó la cosa.

-Me acuerdo… Dicen que terminaron tomando ginebra abrazados y fueron amigos inseparables…

-… Sí… Hasta que apareció ella. Clara, su amor. Su único y verdadero amor. Ya no era el mismo. En el bulín mistongo la cosa era diferente. El olor a casa nueva, la comida, las flores y ese alegre canturreo permanente, de alguna canción romántica, le colmaba el corazón de paz y sosiego.”

-¡Hasta que un día lo dejó!…

-…“Cegada por las luces del centro, Clara lo abandonó. En vano la buscó, preguntó por ella.

-¡Cómo cambió el tipo!… ¡Ya no era el mismo!…

-La verdad es que –para él- todo cambió completamente y de pronto se encontró abatido, abandonao y sin valor para enfrentar la vida.”

-Y entonces ¿qué?…

-Después de casi diez años la encontró…

-¿No me digas?…

-Una noche de esas, lleno de angustia y de dolor en su pecho, destruido, llegó hasta el centro y finalmente la encontró. Perdida. Deshecha. Casi irreconocible….”

Esta noche me emborracho

Tango 1928

Música y  Letra: Enrique Santos Discépolo

Compartimos la 1° Grabación de “Esta noche me emborracho” por Carlos Gardel

Ricardo Carpani es el autor de Gardel con Discepolín, 1985, grafito sobre papel.

Sola, fané, descangayada,
la vi esta madrugada
salir de un cabaret;
flaca, dos cuartas de cogote
y una percha en el escote
bajo la nuez;
chueca, vestida de pebeta,
teñida y coqueteando
su desnudez…
Parecía un gallo desplumao,
mostrando al compadrear
el cuero picoteao…
Yo que sé cuándo no aguanto más
al verla, así, rajé,
pa’ no yorar.

¡Y pensar que hace diez años,
fue mi locura!
¡Que llegué hasta la traición
por su hermosura!…
Que esto que hoy es un cascajo
fue la dulce metedura
donde yo perdí el honor;
que chiflao por su belleza
le quité el pan a la vieja,
me hice ruin y pechador…
Que quedé sin un amigo,
que viví de mala fe,
que me tuvo de rodillas,
sin moral, hecho un mendigo,
cuando se fue.

Nunca soñé que la vería
en un “requiscat in pace”
tan cruel como el de hoy.
¡Mire, si no es pa’ suicidarse
que por ese cachivache
sea lo que soy!…
Fiera venganza la del tiempo,
que le hace ver deshecho
lo que uno amó…
Este encuentro me ha hecho tanto mal,
que si lo pienso más
termino envenenao.
Esta noche me emborracho bien,
me mamo, ¡bien mamao!,
pa’ no pensar.